Tal como adelantamos en
anteriores reseñas, el cómic en el Perú
busca aproximarse al formato de coleccionables y entregas de capítulos. Tenemos
fuentes impresas que bajo los derechos
de autor de los centros de animación internacional, imprimen fascículos
de entero acceso a la comunidad juvenil.
Ya en el festejado Día de
la Historieta Peruana (12 de setiembre) se pudo reflexionar sobre el carácter
de identidad y temática en las historietas. En parte, nuestro país no divulga
apropiadamente las recientes creaciones juveniles. El círculo de la historieta
se vuelve así muy reservado.
Entre intentos e ideas,
surge la necesidad de conformar comunidades que puedan exhibir sus creaciones,
aunque con un sentido de manifestación y de divulgación ambulante. Porque si
algo está comprobado, toda manifestación callejera impacta mucho más y tiene efectos multiplicadores.
El camino del oficio del cómic, debe buscar extenderse, entre literatos, pintores, cómicos, etc. una plétora de artistas cual círculo de ideas, pretendan enrumbarse en nuevos proyectos e iniciativas que apunten finalmente a crear pequeños movimientos y escuelas, con el fin de preservar este arte de suma influencia.
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