Cuando distinguimos a
nuestras modelos famosas, en las pasarellas. Cuando revisamos atentamente los
últimos videos de las candidatas a conformar el equipo de una productora de
belleza; predisponemos a nuestra mente a
darle un sentido de moda a nuestro contexto social.
Es así que la moda, no se
resumiría sólo en las prendas y en el vestir, sino que lo extendemos a más
practicas humanas, como el sentirse bien, el reflejarse bien ante un espejo, la
apariencia. Surge la necesidad de interiorizar nuestro confort, de apreciarnos
más y de llevar la autoestima a ámbitos superiores; porque ya no pensamos en el
modelo, sino en nosotros mismos.
En la temporada de verano,
las personas buscan verse bien. Complementar sus labores diarias con
ejercicios. Los atuendos comienzan a ser elegidos con minuciosidad y criterio.
La moda se convierte en un pensar. Una
tarde de compras o hasta un regalo, se someten al pensamiento y a la
planificación.
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