Del Perú se habla de su gastronomía, no mucho de su danza. Teniendo un cúmulo de manifestaciones y expresiones en diversas regiones y rincones del país pareciera que anduviéramos estáticos todo el tiempo. Pero hay una opción que se está haciendo extensivo e inspirador para el resto: La inclusión.
Uno de los primeros exponentes de rock nacional en exhibir verdaderos shows de danza, fue la sarita, precisamente en el álbum: Danza la Raza. Haciendo un resumen, dos exponentes causan furor en las multitudes por sus movimientos y eso sí: por la alineación del ritmo con el personaje.
Entonces, viene la inclusión… y pero ¿Qué falta? En un sentido artístico lo tenemos; pero al ser voluntario como que encontramos el libre tratamiento del arte y las coordinaciones necesarias para su puesta en escena. Pero la confianza entre los géneros también y esto es un sentido de poder.
Pero como al poder hay que añadirla el apoyo, resaltará a partir de ahora apostar por nuestra danza valiosa y nuestro camino. Porque el mundo ha visto nacer importantes artistas que están dispuestos a seguir con lo suyo: Pero que igual requieren un apoyo para hacerlos más naturales y fuera del guión. Un guión que se aliste a hermanar.
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