miércoles, 23 de febrero de 2011

Análisis de la Escena Local


¿Es preciso afirmar que en nuestro país el diseño va a paso lento? ¿Qué hay de la influencia de pocos exponentes? ¿Qué hay del verdadero sentido del diseñar? ¿Cómo influyen las oportunidades laborales en este aspecto? ¿Existe una consciencia por revelar este arte a la sociedad? Son preguntas que a la fecha toman mucha fuerza. El Diseño en nuestro país está yendo a paso lento y está camino a ser sólo un tipo de negocio, en vez de una postura artística de superación.

Culpa de esto es que nuestra sociedad posee una escasa relevancia cultural. Una sociedad acostumbrada a relacionar el concepto del diseño como una expresión que depende única y exclusivamente del artista. Como ejemplo tenemos al célebre pintor y diseñador de la primera mitad del siglo XIX: Antonino Espinosa Saldaña. Su vida transcurrió en un sinfín de trabajos para la sociedad, precisamente porque bien lo consideró el único exponente de su tiempo.

El sentido de diseñas puede ir desde la utilidad hasta aportar valor. Utilidad porque a través de una obra nos podemos sentir reconfortados o porque precisamos de hacer ello por una cuestión de gusto o necesidad. El valor llega con el talento y con los beneficios; sea el caso de una institución o la sociedad misma. Un diseñador en ese aspecto debe aspirar a ser un producto único en su especie y capaz de perfeccionarse para el sólo hecho de aportar valor (mejorar su calidad de vida, contribuir con las campañas, etc).

Pero la experiencia de la vida nos revela otro tipo de secretos. El común de las personas ha invertido pequeñas partes de su vida en dibujar o diseñar; pero bien esto ha quedado en el olvido de sus diarios o cuadernos. Sin embargo no decía Picasso que cuando era adulto dibujaba / pintaba como un niño. Está claro que la sociedad muchas veces oculta sus talentos, por ellos mismos o bien porque concentran su tiempo en las típicas frivolidades del nuevo siglo.

No hay comentarios: