Los ritmos de nuestro país no
apuntan necesariamente a la época antigua de los quilombos ni mucho menos a las
presentaciones para algunos hoteles, etc. La concepción artística de los
ritmos, parte de su naturaleza de incursión en los procedimientos o bien en
algunos eventos.
Los ritmos, revelan una suerte de
identidad y vigor constante por parte de quienes lo desarrollan. Por otro lado
en materia conceptual, los ritmos guardan estrecha relación con la historia del
país y parte de sus costumbres.
Hasta aquí podremos revelar que
los ritmos a diferencia de las danzas, tienen mayor flexibilidad, por cuanto se
ha visto trabajar distintas temáticas con determinadas variaciones, lo que les
ha valido aún más representatividad. Nuestro país no ha sido la excepción por
supuesto.
Los que algunas veces se
preocuparon por la demanda de los alimentos y bebidas, ahora tienen un motivo más para entender del auge de los ritmos en las actividades culturales de Lima. Esperaríamos así esclarecer más temas
y de seguro formular proyectos de tesis para lograr una estrategia de impulso a
los ritmos como parte esencial de las muestras culturales, y por su carácter de
confiabilidad y respeto.
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