miércoles, 5 de mayo de 2010

El Talento Compite y se Regatea


Hemos dejado de admirar las manos para sólo concentrarnos en el adorno. Hemos dejado de distinguir el producto de las horas, para contentarnos de que por nuestra sonrisa, la feliz vendedora haya accedido a la rebaja. Es así que transcurren los días de la artesanía.

Que por qué yace tan solitaria, ya lo explicamos antes. Que por qué es injusto quizás por lo único que va tan cerca al artista y su obra y su sustento diario El artesano tiende cada vez más a ser un campesino. El mundo no obstante avizora algunas esperanzas para ellos en medio de tantas cosechas y privaciones.

Primero que el sentido de conformar escuelas y familias, hace que esta expresión tenga un soporte histórico y de mejora continua. Aspectos que son merecedores de valor por cuanto se asemejan a los conceptos válidos de algunas doctrinas empresariales.

Finalmente el elemento temático que va dejando un poco los personajes y se concentra en la tradición popular, en eventos y paisajes que armonizan con los colores del Perú en una aproximación con la alegría y hospitalidad de los pueblos hacia los admiradores de sus paisajes y costumbres. ¿Es preciso así preservar ambas cosas para valorizar como se debe a la artesanía? Sería cuestión de visitar algunas calles principales de Miraflores, para sacar algunas muestras y a empezar este análisis.

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