Una obra fascinante de ópera escénica y de evocación clásica se presentará en Junio en nuestro País: Turandot. Sin embargo, con esto aún no contribuimos a que se desarrolle este arte en nuestro país, ni mucho menos a que las personas lo valoren como tal. Estamos desde ya apostando a que resulte un éxito. La ópera no debe ser tratada así.
Para esta puesta en escena han elegido el Parque de Aguas, un espacio muy concurrido en Lima. Se han elegido casi dos semanas de exposición. Mas, ¿alguien se ha tomado la molestia de definir ópera, de explicarles a estas personas la importancia de esta obra, tanto como valor histórico, patrimonial y de su influencia? Parece que no.
Lima, ostenta una elegancia única y fundamental para desarrollar obras de ópera. También talento actoral, sin duda. Pero la comunicación y la difusión han de jugar un papel fundamental en la tarea de sentirla parte de nuestra agenda cultural. Algunas opciones sería que la sociedad de ópera, sus sindicatos o sus organizaciones, comiencen a solicitar apoyo del congreso o de las autoridades, para poder desarrollar pequeños proyectos o difundirlos. O incluso promover una especie de enseñanza.
Turandot gozará de éxito a la medida que sea percibido, como un espectáculo rico y majestuoso. Mientras ese talento sea conservado y llevado a términos simples. Mientras su valor también sea accesible y porque sus artistas también sean carismático y disponibles a su público. Es así que esta representación podrá adquirir auge, en el espacio artístico limeño.
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