viernes, 20 de abril de 2012

Usos y Desusos de Nuestras Danzas: El Espectáculo vs El Folklore

“Nuestro Folklore” hemos oído innumerables veces esta frase y sin embargo, ¿cuán bien estamos enterados de lo que significa? o ¿qué tanto somos conscientes de respetar su integridad cultural a sabiendas que existe un contexto totalmente distinto como el espectáculo? Analicemos ambas preguntas, en el presente ensayo partiendo del ejemplo de los danzarines de tijeras, descalificados del “reality show” Que Viva! The Chosen.

Una danza de por sí, no representa el folklore, si es que no le añadimos; Un vestuario tradicional (válido para este caso), una identidad autóctona, una costumbre transmitida o una temática esencial (que sea acreedora de una historia exclusiva y original).Pues bien, quizás muchos son ajenos a saber que tanto la danza de tijeras como un suspiro a la limeña forman parte de nuestro folklore y que por ende ostentan un simbolismo o una identificación con nuestro propio patrimonio cultural. 

En qué medida aspectos del folklore puede ser incluidos como espectáculo. Dejando de lado los fines comerciales. A medida que se conozca bien las variantes de algunas expresiones, estas pueden ser tratadas a manera de espectáculo. Por ejemplo, el mencionado reality clasificó a un grupo de Capoeira de Brasil y aquí hubo algo interesante, se suscitó una interacción entre los productores y los artistas en escena. Hubo un vínculo. 

Hay expresiones que sin duda han apuntado a desarrollar vínculos y otros fines complementarios que justifican su exposición. En cambio otros llaman a la reflexión, por cuanto manejan una exclusividad o un carácter que dista de lo habitual y muchas veces esto no puede representar un mensaje de imitar, sino de tomar distancia; esto fue lo que ocurrió con los danzarines de tijera justamente. Ahora bien, podemos concluir que nuestro folklore sólo es bien entendido según nuestra propia forma de cómo la analizamos íntegramente.

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