Nuestro más ilustre representante del arte contemporáneo: Fernando Szyszlo nos revela su ferviente admiración por el pasado inca y sus manifestaciones artísticas. Es así que incluye como parte de su obra a buen número de tallados y esculturas que contrastan muy bien con el pasado inca.
Partiendo de las formas, la expresión circular es la que se aprecia constantemente. Y es que dicha forma evoca al Sol, al Inti que fue la máxima deidad de nuestros antepasados. Pero dicha deidad en su forma, experimenta con Szyszlo una combinación con los tintes y colores oscuros, quizás con la intención de aproximarlo a la naturaleza y los paisajes interiores del antiguo peruano (melancolía, pena, sueños).
El sentido de la imponencia y fortaleza del imperio inca, se ve reflejado en la forma rectangular robustecida fuertemente. Esto podría identificarse con la representación de un trono real, un cetro, una piedra que conforma una fortaleza. Aunque bien muchos entendidos quizás lo relacionen con un estilo personal propio y afín del artista.
Manteniendo o evocando sus títulos en el idioma quechua, nuestro autor ha erigido importantes piezas escultóricas en tributo a nuestro rico antepasado y acervo cultural, como mostrándonos ante una fuerza imperial, sometida también a los pesares y sinsabores de la vida en un escenario vespertino o nocturno, esos de los que el hombre emplea para pensar mejor y/o soñar.
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