Quienes nos hemos involucrado con las más interesantes y entusiastas convenciones de juegos en nuestro país, sabemos muy bien que siempre en las exposiciones hay un consejo que nos cala muy bien. El tener un amigo diseñador (claro, si es que nos vamos a dedicar a hacer juegos).
Pero para toda relación es preciso sentar bases sólidas y que mejor las de aquellas que inician con un trabajo en conjunto o una idea. Y es que la expresión funcional del diseño, siempre requiere de un motivo o concepto por el que se busque involucrar o captar la atención del consumidor y / o usuario.
Sin embargo, muchos que desconocen el día a día de un diseñador; conciben que con tan sólo tener una buena herramienta (MAC, software de ilustración) es suficiente. El tema en sí, es partir de una idea y desarrollarla. Tal cual un ensayo literario, donde un concepto o fin preliminar va adquiriendo forma y concluye finalmente; de acuerdo a su objetivo.
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