Sobre la danza: ¿Son las naciones, las que la forjan y desarrollan? ¿O son estás, las que forjan naciones y promueven su desarrollo? Si consideramos que la danza es una forma de integración, estas propician el desarrollo cultural, de identidad forjando así una suerte de compromiso. Pero hay veces de que las danzas penetran demasiado en el espíritu de las personas.
En Brasil por ejemplo, la samba ha dejado de ser una simple manifestación carioca y ha pasado a ser un producto registrado netamente brasilero. Cual si fuera una marca en boca de todos, la samba se ha promovido con tal sentido que diversas generaciones conocen de su tradición, de su estilo y colaboran con su divulgación y exposición.
Así como representa una grave carencia la falta de la escritura y la lectura de las personas, así se torna de injustificable el que un brasilero desconozca de la samba y que por otro lado no lo sepa danzar. Samba se traduce entonces como: orgullo, mi país, carnaval y amigos.
Llegar a este nivel de compenetración artística y cultural demandaría mucho tiempo y demandaría incluso dejar de lado el centralismo capitalino y dedicarnos a la creación de escuelas de danza, concursos fuera de la capital; donde la ciudadanía pueda participar. De lo contrario estaríamos pensando en seguir viendo la danza de la marinera Norteña, el festejo negroide, el Huaylas del centro y los caporales del altiplano. Aplicables a la práctica más eternamente desconocidos por su origen.
Guarulhos – Sao Paulo
26/02/12
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