Si no hay solución el debugging continúa. ¿Qué placeres se esconden detrás de las cientos de líneas de código? ¿Qué suma de ánimos no se entremezclan ante una pantalla en blanco dispuesta a ayudarte a conseguir el mejor algoritmo, el mejor módulo, el mejor desarrollo y finalmente una utilizable y perfecta solución? Hablemos de algunos aspectos.
Porque sean técnicos, científicos, intelectuales o motivacionales igual siempre tienden a generar al creador del más insigne y útil monstruo de aplicación de software; pero sin afectar, quitar, agregar o mellar aspectos de actitud a su sencillez como persona. Son estos indicadores como algunas fórmulas artísticas, las que llegan a crecer junto con el desarrollador y que lo pueden llevar y traer de ese mundo infinito y cercano llamado de la creación.
Pero el ser humano que hay detrás de este conglomerado de fantasías y párrafos lógicos, puede sin duda tomar iniciativas innovadoras y peculiares para sus muchas formas de vida. Sea el caso de vida de pareja, de integrante de familia o como ciudadano. Por ejemplo un analista programador, de una reconocida fábrica de software, se dedica a conversar con su esposa todos los viernes por la noche hasta las 2:00 am. O bien la pasión por crear juegos en java le pudo llevar a un profesor de la universidad, a crear un algoritmo que nos acerque más al futuro.
Hay quienes hablan de lenguajes, hay otros que hablan de pasión y otros de innovaciones. Lo cierto es que la tecnología de información nos hermana, aun si no te dediques a la programación.Pero hay que reconocer que tras esas líneas que tanto nos apasionan se esconde la razón de nuestro ser o bien la esencia que nos lleva a ser esos orgullosos padres o esos ingeniosos dioses latinos de estos nuevos tiempos.
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