miércoles, 24 de noviembre de 2010

Diseño

El diseño es un oficio solitario de tardes y noches de inspiración, cigarrillos y café. Pero el diseño también es una realidad. Una realidad que sale a la luz frente a nuestra sociedad, una realidad que mueve a la acción.

La sociedad muy bien ha acogido a los diseñadores. Desde tiempos coloniales, los diseños y esbozos publicitarios han promovido muchas decisiones comerciales y artísticas según la época. Pero esto no impidió que este oficio deje de ser anónimo.

Sobre la acción que produce podemos citar algunos elementos históricos. En la Europa de la segunda guerra mundial, diversos carteles propiciaban a sus ciudadanos a instruirse en las fuerzas armadas o bien para tomar precauciones durante las acciones bélicas. Es obvio que dichos materiales tuvieron la suficiente fortaleza artística y emocional para llevar a la acción.

Y es que en el diseño, la intimidad y la inspiración pueden producir efectos inimaginables a la hora de producir mensajes. Y son ambos elementos tan necesarios como gratificantes en las posteridades de este solitario oficio.

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