martes, 26 de octubre de 2010

Ópera

Muchos no estarían de acuerdo en incluir a esta expresión, nacida de un contexto cultural, en las filas del arte. Por su solo nombre ya notamos algo de complejidad en cuanto a describirla o hablar de ella como un género artístico. Pero si quisiéramos manejar algunos argumentos a favor de que sea considerado como arte. Serían, su belleza, su despliegue y su función.

La belleza de la ópera conlleva a llamarla majestuosidad. Un elenco muy bien preparado en artes escénicas. Un elenco bien preparado en el canto y en el conocimiento de la voz. Una ambientación que denota el contexto. En suma una mezcla de diferentes artes, reunidos en escena. Muy bello por cierto.

En cuanto a despliegue, bien podría ser entendido como los escenarios, personajes y piezas van cambiando o haciendo su aparición. Muchas veces este sólo acontecimiento amerita la presencia de sus seguidores. Muchas veces esto ha motivado a que sólo una élite sea capaz de valorar esta suma de expresiones y he ahí el porqué de su valor comercial.

Pero nos quedamos con la función, con el efecto clásico, moderno y futurista por si quisiéramos esperar ver en algún momento. Nos quedamos con ese drama, con ese desenlace que nos llevará a enriquecer nuestra imaginación y nuestra memoria, con algo fascinante que realmente vimos, que realmente pudo haber existido, pero que finalmente llegó en su conjunto a nosotros.

Historieta

Todos habremos leído alguna vez, algo de Tintín o algo de Mafalda. Este género no es tan simple de describir. Lo que bien hace a la historieta no es ni las ilustraciones ni tanto los temas e historias que se llevan a cabo. Es específicamente la función del personaje dentro de su mundo o sociedad que muchas veces coincide con el nuestro y que muchas veces pareciera que haya sido la razón de su éxito.

Este género pretende no poner en alto a la ilustración, porque al igual que en un género literario que se busca dar un mensaje, lo simple basta y funciona mejor. En ese sentido si la búsqueda del autor es dar un mensaje. O bien como en los otros casos en que se depara una misión en la cual finalmente el personaje es llevado a los medios televisivos o al cine. Tenemos como ejemplo a los cómics y a la serie de manga, este último ha debido su éxito a su sola continuidad de producción, algo injusto porque demandaba sólo la idea de un solo creador; tentado por ofertas económicas.

Un tema o una historia son irrelevantes por si no se precisan ser contadas. No existiría Tintín si la presencia de una unión soviética o no existiría Mafalda sin una Argentina en reconstrucción. No siempre una historieta no será oportuna a nuestras manos si su objetivo es de por sí la forma. Y es que en este género o impacta o no y he ahí su fin.

Es finalmente el valor de sus personajes lo que hace perdurar esta obra. Ya sea en su mensaje, en su posición frente al mundo. En la forma misma de cómo su vida puede llegar a nuestras manos ya nuestras lecturas para inyectarnos eso que es consciencia por vivir. O bien simplemente eso: Vivir.

Escultura

Bien podríamos decir que esta es una de las más solitarias expresiones artísticas. Muchos hombres de conocido prestigio e importancia histórica, como Leonardo da Vinci, han mantenido esta afición como algo complementario. Sin embargo esta expresión nos trae dos importantes reflexiones: La imaginación, la paciencia y el valor de la obra.

La imaginación bien la pudo ilustrar Esopo con su fábula del León y el hombre, quien bien sugiere que por qué los primeros no fueron destinados a ser escultores. Es que la imaginación es propia del ser humano. La imaginación visualiza más de la cuenta, la imaginación proyecta y finalmente el ser humano es el que quita esos restos, como bien lo dijo el gran Miguel Angel.

Un trabajo paciente como este, demanda de sus artistas toda la templanza posible. Demanda una de las más grandes virtudes del ser humano. Obviamente todo esfuerzo paciente trae sus beneficios. Es así que la paciencia se convierte en una aspiración u afán de protección. En una búsqueda y en una intención para el artista.

Es así que la obra surge y transcurre. Es así que la belleza queda a relucir finalmente. Sea de piedra, de madera o de cualquier otro elemento; corresponde ahora al tiempo y al cuidado humano el de preservarlo por cuantiosas décadas. Y es que el valor de la obra más que en su belleza, recae en su sola presencia. Una presencia solitaria que con la compañía del silencia y del espacio, forma junto a su contexto un nuevo paisaje.

Publicidad

La publicidad ha tenido uno de los más sencillos comienzos. Nadie ignora que a comienzos del siglo XX, sólo era referida a los grandes afiches y murales que contenían las características de algunos productos. Nadie imaginaría que más tarde la tecnología, la creación y el poder de ese oficio la convertirían en la expresión artística más indispensable de todos los tiempos.

La tecnología porque desde la aparición de los ordenadores y los software de diseño, la creatividad bien pudo hallar un respaldo duradero en estas invenciones. Si bien en los comienzos la revelación estática producía el mismo efecto que en sus orígenes, no fue sino con la televisión y los spots publicitarios, en donde la intervención de personas y productos lo hacían muy característico.

Si quisiéramos referirnos a la creación, ello puede ser entendido al proceso de idear un concepto, hacer productiva una idea a partir de un chispazo artístico, una revelación. En Latinoamérica, argentina ostenta el título de país creativo. La transición del artista a publicista puede y tiene en gran parte un fuerte respaldo por el grupo humano y los objetivos comerciales de la institución a la que pertenece sus obras.

Es precisamente ello, lo que revierte ese poder oculto de la publicidad, esa expresión que puede llegar a millones a la vez, esa expresión que concientiza, motiva a la compra y que nos lleva a pensar una y otra vez un sinfín de cómo y qué. Es la publicidad a quien por obvias razones, daremos paso a ella.

Moda

La moda parece una constante en nuestras vidas. Siempre hay algo que admirar en el sentido de que en otras partes tiene acogida. El esnobismo parece ser una especie de aspiración entre la mayoría de las personas. Pero la moda sólo busca algo tan simple como el reconocimiento.

Mundialmente el reconocimiento va dirigido a ciertas personas, que han pasado de ser artistas anónimos a importantes marcas mundiales. Cada colección, cada exposición de sus obras hoy en día puede reunir a un sin número de empresarios y aficionados. La moda es un arte que mueve cuantiosas cifras de dinero. Un arte que demanda un trabajo en equipo.

En nuestro país la moda sólo esta aludida directamente a los desfiles y pasarelas. En nuestro país no manejamos nombres de modistas y diseñadores; simplemente de organizadores de certámenes y uno que otro empresario. Pareciera una afición anónima que sólo destaca la creación y que por ello debe aspirar a un desfile. ¿Empero, esto se ha debido dar en otras partes del mundo?

No encontraremos respuestas, por cuanto la moda es un todo. Una idea, una creación, un producto terminado, una exhibición, una modelo, una cliente satisfecha con su colección primavera verano. La moda puede darse el lujo de vivir el tiempo que ella quisiera y puede renovarse una y otro vez; para disgusto o beneplácito de pocos o muchos.